Dónde está la salida

alex madera
3 min readMar 22, 2024

José había logrado adentrarse tan profundo en la empresa, que era el escucha oficial de cada una de las situaciones que se presentaban en cualquiera de las áreas, y en la mayoría de los casos, en departamentos o escenarios en los cuales para nada tenía algún tipo de interacción, pero de igual manera, su conocimiento extenso de como funcionaba el negocio, le servía para encontrar una salida armoniosa, siempre procurando que la empresa resultara gananciosa, aunque fuese mínimamente.

Enfrascado en la construcción de un sin número de proyectos, buscando llevar el negocio a los niveles que entendía se tenía que estar, y atendiendo solicitudes del día a día, no se daba cuenta de que se encontraba en un círculo y que cada cierto tiempo volvía a estar en el mismo lugar.

El pensar siempre en estar a la vanguardia, poseedor y devorador incansable de nuevos parámetros y modalidades, y por momentos detenerse y ver que no todos andaban al mismo paso y que debía sentarse a esperar que se digirieran los argumentos varias veces y en distintos escenarios explicados de manera detallada, sobre el enfoque que se debía tener para poder avanzar.

Pero nada funcionaba, los proyectos eran halagados y los elogios a José por su destreza y empuje no cesaban, pero eran como consignas pre fabricadas, pues en ningún momento se colocaban en escena los mismos y simplemente dormían cual soñador impenitente.

José a pesar de ver que todo regresaba al mismo punto, seguía insistiendo pues entendía que habían algunos sectores que si estaban interesados dentro de la empresa en lograr que la misma descollara como estaba previsto por la magnitud de esta y también porque ostentaba en algún momento la principalia en su área, pero cada vez resultaba más pesada la carga y apenas se movía por momentos.

Fruto de tantos esfuerzos truncados, tantas ideas dejadas libres y ver como otras empresas el ramo trataban de implementar, aunque no con la eficacia que se requería, por momentos motivaba a tratar de lograr una que otra, pero cada paso era en falso, y no parecía que pudiera haber una manera factible de obtener algún escalón.

Y si, luego de varios años intentando en vano que la empresa creciera a los niveles que ameritaba, llegó el cansancio, ese hastío inevitable y abrumador, tal como si un alud de tierra le hubiese caído encima y que le impedía movilizarse, atragantado del flujo de ideas deseosas de salir y ser implementadas. Ya no había manera de seguir.

Una salida ha estado José buscando desde un tiempo, y le ha resultado tan cuesta arriba como el poder echar a andar los infinitos proyectos puestos en las diferentes mesas, esperando un resultado positivo. Fue tan grande el ensimismamiento en el desarrollo de proyectos para provecho de la empresa, que se olvidó de sus aspiraciones, y enmarañado en una trampa ahora no logra encontrar una salida viable y factible, en la cual pudiera realizar algunas de las acciones que por una u otra razón no se pusieron a funcionar.

Al parecer se dejó atrapar de manera inconsciente en una telaraña difícil de eliminar, y se cuestiona y hostiga día tras día, buscando la manera de poder escapar con el menor daño posible y emprender en otros horizontes esas ideas que permanecen atadas a su ser, esperando que tal y como las aves cuando les nacen las alas, ponerlas a ejecutar y planear un vuelo que defina su existencia.

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